El marketing industrial exige una buena alineación del departamento de marketing y de ventas. Si bien, uno depende del otro, a la hora de elaborar un plan de marketing debemos tener en consideración la etapa de cierre.

Aplicando la metodología Inbound, a la hora de elaborar un plan nos encontramos con cinco etapas: atracción, conversión, nurturing, cierre y fidelización.

Las dos primeras etapas son exclusivas del marketing mientras que la etapa de nurturing la comparte tanto ventas como marketing. Por último, la etapa de cierre y fidelización es exclusiva del departamento de ventas.

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Una vez tenemos claro este enfoque, debemos desarrollar nuestro plan de marketing industrial con una alineación con el departamento de ventas.

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La maduración es una etapa clave en el proceso, donde tratamos con diferentes flujos muy segmentados a los diferentes leads.

No todos los leads tienen la misma cualificación. Podemos encontrarnos con varios casos:

  • Suscriptores: contactos con baja cualificación y lejos del cierre.
  • MQLs: contactos más cualificados que han demostrado interés pero todavía no están preparados para el cierre.
  • SQLs: contactos muy cualificados que el departamento de marketing entrega ya a ventas.

Estos últimos, los SQLs pueden tener una maduración totalmente distinta a los otros dos casos, ya que el departamento de ventas interviene y se les ofrece un nurturing mucho más enfocado a la venta dado que la maduración del lead es elevada.

En este punto, es donde marketing y ventas deben colaborar, estableciendo un flujo mixto para esos leads cualificados con un objetivo único, convertirlos en clientes.

La maduración puede ser una combinación de e-mails con alto valor  para que finalmente se convierta en nuestro cliente.

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